PINTOR ANTOFAGASTINO
Nació en Chuquicamata en 1968, dedicado en sus inicios al
área de la publicidad y marketing, incursionando además en la orfebrería. La
mayor parte de su trayectoria la ha ejecutado en Antofagasta, donde destaca por
su sello hiperrealista tanto en obras de formato y soporte tradicional, como en
impresionantes murales en rincones patrimoniales de la ciudad.
Sus obras han sido expuestas en diversas galerías y centros
de arte a lo largo del país como Casa Abaroa, Pontificia Universidad Católica
de Chile, Museo de Artes Contemporáneo de Valdivia, Galería Carmen Codoceo,
entre otros. Además es reconocido por sus distintas exposiciones colectivas
tradicionales como como “Cristo en el Arte”, “Salón de la Plástica
Antofagastina” y concursos locales como “Rincones de mi Ciudad”.
Durante el último mes Antofagasta celebró los diez años de la Compañía La Huella Teatro, que con su propuesta antropológica contribuye en esta permanente búsqueda de identidad de la que tanto se habla en la ciudad y todo el norte.
Una década de trabajo que merece ser aplaudida y reconocida, considerando la dificultad que implica generar un proyecto de largo aliento, sobre todo en regiones y con el solo apoyo de las voluntades implicadas. Y es que parece ser un síntoma de los tiempos el que todo parezca tan desechable, tan volátil que el gran esfuerzo detrás de una obra se pierde entre el exceso de información y la urgencia del aplauso fácil y la necesidad de estar, de aparecer.
Durante el último mes Antofagasta celebró los diez años de la Compañía La Huella Teatro, que con su propuesta antropológica contribuye en esta permanente búsqueda de identidad de la que tanto se habla en la ciudad y todo el norte.
Una década de trabajo que merece ser aplaudida y reconocida, considerando la dificultad que implica generar un proyecto de largo aliento, sobre todo en regiones y con el solo apoyo de las voluntades implicadas. Y es que parece ser un síntoma de los tiempos el que todo parezca tan desechable, tan volátil que el gran esfuerzo detrás de una obra se pierde entre el exceso de información y la urgencia del aplauso fácil y la necesidad de estar, de aparecer.
Durante el último mes Antofagasta celebró los diez años de la Compañía La Huella Teatro, que con su propuesta antropológica contribuye en esta permanente búsqueda de identidad de la que tanto se habla en la ciudad y todo el norte.
Una década de trabajo que merece ser aplaudida y reconocida, considerando la dificultad que implica generar un proyecto de largo aliento, sobre todo en regiones y con el solo apoyo de las voluntades implicadas. Y es que parece ser un síntoma de los tiempos el que todo parezca tan desechable, tan volátil que el gran esfuerzo detrás de una obra se pierde entre el exceso de información y la urgencia del aplauso fácil y la necesidad de estar, de aparecer.
PRECIOSO TODO LO QUE HA HECHO EN PINTURA Y ARTE LUIS NUÑEZ * UN COMERCIALINO DE TOMO Y LOMO...GRACIAS A SU AMIGO INSEPARABLE EL PINCEL...
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